Nunca fue gris el otoño;
Cantan las hojas, encendidas
por el beso de la lluvia,
amante de la vida.
Atardecen sus nervaduras
tras su alta exhibición,
como las velas se derriten
sin decir adiós,
pues ignoran la palabra
y su dorado cerco.
Son las nubes peces mudos
bebiendo luz por el cielo
para llevarla como agua
a las tímidas flores,
abejas sombrías
creadoras de colores.
Nunca fue gris el otoño,
nunca fue triste la crisálida
que guarda leal su tesoro
hasta que le nazcan alas.
Nenufares, Claude Monet 1920-1926